Tendencias de la Industria del Crédito en Colombia en el Primer Trimestre de 2024
La industria del crédito en Colombia está experimentando cambios significativos, como lo destacan los recientes informes de TransUnion. Estos informes arrojan luz sobre el panorama evolutivo del crédito al consumo, reflejando los desafíos y tendencias que están dando forma al mercado. Este artículo profundiza en los hallazgos clave de dos informes publicados por TransUnion, proporcionando un análisis exhaustivo de la industria del crédito en Colombia durante el primer trimestre de 2024.
El indicador de la industria del crédito cae 10 puntos
El informe de TransUnion sobre el Indicador de la Industria del Crédito (IIC) para el primer trimestre de 2024 revela una notable disminución de 10 puntos año contra año, alcanzando un valor de 97. Esta disminución se atribuye al continuo deterioro del desempeño crediticio de los consumidores, junto con una reducción en la demanda y oferta de crédito. La desaceleración económica y el deterioro del mercado laboral, junto con las persistentes presiones inflacionarias y las altas tasas de interés, han contribuido a la caída en el IIC.
El IIC es una medida integral de la salud del mercado de crédito de consumo basada en cuatro pilares (demanda, oferta, comportamiento y desempeño). Los aumentos en el IIC indican que el mercado crediticio está mejorando, mientras que las disminuciones señalan un debilitamiento en su salud crediticia.
Deterioro del Desempeño de los Consumidores de Crédito
El segundo informe de TransUnion destaca el continuo deterioro del desempeño de los consumidores de crédito en Colombia. Varias métricas como las tasas de morosidad, las tasas de refinanciación y los escenarios de incumplimiento indican una tendencia preocupante. Notablemente, los nuevos créditos han estado disminuyendo, con la mayoría de los productos de crédito experimentando descensos anuales consecutivos. La cautela observada tanto en la oferta de crédito como en el comportamiento de la deuda de los consumidores plantea desafíos de crecimiento para las entidades de crédito.
Del informe se destaca que las tasas de morosidad de 60 días de mora o más aumentaron para los principales productos de crédito, lo que indica que persisten los desafíos de pago. Los créditos de libre inversión a plazos continuaron mostrando el mayor deterioro año contra año de 357 puntos básicos (pbs), seguidos por los microcréditos y los créditos de vehículo, con un aumento año contra año de 283 pbs y 262 pbs, respectivamente.
Si bien las tasas de refinanciación se mantuvieron relativamente estables en relación con el primer trimestre de 2023, siguieron deteriorándose en el primer trimestre de 2024 en comparación con el primer trimestre de 2022, en particular para los segmentos de morosidad actual y temprana. Por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito, la tasa de refinanciación para la categoría de morosidad de 30-59 días fue del 65,8% entre enero de 2024 y febrero de 2024, frente al 56,0% entre enero y febrero de 2022. Se observaron aumentos similares en los créditos de libre inversión a plazos y los microcréditos.
Las cosechas (comportamiento de un crédito en diferentes períodos de tiempo después de haber sido otorgado) continuaron mostrando deterioro, con una mayor morosidad a los seis meses de la originación en las cosechas más recientes, en comparación con las de un año antes, para todos los niveles de riesgo. En particular, para los consumidores ‘prime’ en la originación, el 6,5% de todas las cuentas de tarjetas de crédito originadas en el segundo trimestre de 2023 presentaban una morosidad de 60 días o más a los seis meses, en comparación con el 5,9% de las originadas en el segundo trimestre de 2022.
Al igual que las tarjetas de crédito, las cosechas de los créditos de libre inversión a plazos continuaron mostrando un deterioro año contra año: el 12,7% de todas las cuentas originadas por consumidores ‘prime’ en el segundo trimestre de 2023 presentaban una morosidad de 60 días o más tras seis meses, en comparación al 8,4% de las originadas en el segundo trimestre de 2022 dentro del segmento ‘prime’.
“Este deterioro significativo en la morosidad se explica, en parte, por el aumento de deuda de los consumidores, impulsada por un mayor costo de vida y endeudamiento, lo que ha llevado a un aumento de las obligaciones de pago mensuales”, dijo Virginia Olivella, Directora Senior de Investigación y Consultoría de TransUnion Colombia. “El aumento de la deuda de consumo ha ejercido presión sobre el ingreso disponible de los colombianos, afectando su capacidad para cumplir con sus compromisos de pago y ha sido una preocupación constante desde 2022”.
Finalmente, salvo en el segmento hipotecario (los créditos de vivienda nuevos crecieron un 34,7% año contra año impulsados por la reactivación de los subsidios del gobierno), se aprecia una disminución en la dinámica de nuevos créditos. El número de colombianos con al menos un producto de crédito en el sector financiero disminuyó año contra año en el primer trimestre de 2024 para la mayoría de los productos de crédito, siendo los créditos de vehículo y los créditos de libre inversión a plazos los que mostraron las mayores disminuciones del 4,3% y el 3,8%, año contra año, respectivamente.
En línea con esto, el Consumer Pulse de TransUnion Colombia para el primer trimestre de 2024 también reveló que casi la mitad de los consumidores encuestados (49%) habían planeado solicitar crédito en el próximo trimestre, pero decidieron no hacerlo. De ellos, el 44% dijo que el costo del crédito era demasiado alto, el 23% dijo que iba a buscar financiamiento de una fuente alternativa, y el 20% creía que su solicitud sería rechazada debido a sus ingresos actuales o situación laboral.
En conclusión, los informes de TransUnion pintan un panorama preocupante de la industria del crédito en Colombia. La tendencia a la baja en el Indicador de la Industria del Crédito, junto con el persistente deterioro del desempeño de los consumidores de crédito, subraya los desafíos que enfrentan tanto los consumidores como los proveedores de crédito. A medida que persisten las incertidumbres económicas y las condiciones crediticias siguen siendo estrictas, es imperativo que las partes interesadas adopten estrategias resilientes, aprovechen una mejor analítica de datos y adapten enfoques para apoyar a los consumidores que enfrentan dificultades financieras. Abordando estos desafíos de manera proactiva, la industria del crédito puede navegar a través de estos tiempos turbulentos y fomentar un entorno crediticio más estable y sostenible en Colombia.
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