La Inversiòn fue el tema en que se centrò Mario Pardo en su discurso inaugural de la Convenciòn Bancaria en Cartagena

Bajo el lema “La voz de Colombia”, comezò hoy en el Centro de Convenciones de Cartagena, la versión 58 de la Convención Bancaria, el evento financiero y económico más importante de Colombia.  Desde el 5 y hasta el 7 de junio, la Convenciòn Bancaria abordará diferentes puntos de vista por parte del sector privado, el Gobierno y expertos sobre la economía del país.

Se espera que el presidente de la República, Gustavo Petro cierre el evento. 

Entre otros expertos, participaràn,  el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla; el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar; y el superintendente Financiero, César Ferrari. 

Además, la agenda académica de la Convención espera ser enriquecida con la presencia de personalidades de talla mundial como Mike Pence, cuadragésimo octavo vicepresidente de los Estados Unidos; José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno de España; Jeffrey Sachs, director del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia; y José Fernando Reyes, presidente de la Corte Constitucional.

Asimismo, el evento, que contará con la participación de presidentes de diferentes gremios, compañías, entidades bancarias y directores de centros de pensamiento, espera acoger cerca de 2.200 asistentes.

Las reformas sociales, el desarrollo tecnológico del sector financiero, la economía popular y la sostenibilidad fiscal son algunos de los temas que se abordarán a lo largo de este encuentro.

A continuaciò el Discurso de apertura, Mario Pardo Bayona, Presidente de la Junta Directiva Asobancaria

Estamos en momentos retadores, todos tenemos inquietud por múltiples asuntos urgentes, pero quiero aprovechar estos minutos para hablar de algo que si bien no ofrecerá los mayores réditos en el muy corto plazo sí considero de la máxima importancia para alcanzar los objetivos que todos tenemos para Colombia en el largo plazo. Me refiero a la inversión.

Estructuraré mis palabras, en tres partes; en la primera parte hablaré de porqué la inversión es tan importante, en la segunda parte de porqué considero que los niveles de inversión son tan bajos en Colombia y en la tercera me atreveré a dar sugerencias para poder aumentar la inversión en Colombia.

¿Por qué la inversión es tan importante? Seré breve en esta parte, resaltaré los dos mensajes principales. Primer mensaje; sólo hay alto desarrollo social si hay alto crecimiento económico, pues lo que más contribuye al desarrollo social es el crecimiento económico. Traducido a un país como Colombia sólo eliminaremos la pobreza si conseguimos acelerar el crecimiento económico.

Y segundo mensaje; los economistas han demostrado ampliamente que lo que más impacto tiene en el desarrollo económico es la inversión, especialmente la privada. Por tanto, si bien no es condición suficiente, la inversión, sí es la condición más necesaria para el desarrollo económico y social de un país. No hay nada que individualmente tenga mayor impacto en el desarrollo social de un país como Colombia que la inversión privada.

¿Por qué la inversión es tan baja en Colombia? Colombia tiene unos niveles de inversión muy bajos, de hecho más bajos que cualquier región del mundo y apenas la mitad que Asia oriental. Los motivos de los bajos niveles de inversión son varios, pero el principal motivo es un muy bajo nivel de ahorro en Colombia, de hecho Colombia tiene una tasa de ahorro más baja que cualquier región del mundo, aproximadamente la mitad que en Latinoamérica, y la cuarta parte que Asia. Esta tasa de ahorro tan baja se debe a bajos niveles de ahorro tanto en las familias, como las empresas y en el sector público.

En el caso de Colombia el bajo ahorro va de la mano de un alto nivel de consumo que como porcentaje de la economía nacional es más alto que en cualquier región del mundo.

El alto apetito por el consumo también se puede ver en el peso de la cartera del consumo del sector financiero, que es de las más altas de Latinoamérica y del hemisferio occidental. Por tanto el primer factor para explicar la baja inversión es que hay un bajo nivel de ahorro y alto nivel de consumo.

Lo cual nos obliga a preguntarnos a qué se puede deber ese bajo nivel de ahorro. Probablemente haya aspectos socioculturales e históricos, de hecho el ahorro suele ser más bajo en países en conflicto armado y Colombia ha tenido muchos años de conflicto. Pero también, sin duda, hay aspectos de política pública que pueden estar penalizando el ahorro y la inversión, y, en parte, favoreciendo el consumo.

El segundo motivo es que en el caso de Colombia una parte importante del ahorro no es productivo a efectos de financiar inversión pues se queda en efectivo y no entra al sector financiero.

Colombia tiene un alto uso del efectivo, les comparto dos datos: el efectivo representa el 14% de la masa monetaria, es decir más de 100 billones de pesos que no son productivos, y las transacciones en efectivo representan el 78% de las transacciones. Esta parte de la masa monetaria en efectivo se usa para ahorro no productivo o para consumo. El alto uso de efectivo además genera problemas adicionales sobre el funcionamiento de la economía, entre otras corrupción, financiación de actividades ilícitas, bajo recaudo de impuestos, etc.

Finalmente el alto uso de efectivo impide el conocimiento transaccional adecuado de las personas y los negocios lo que también limita la profundización e inclusión financiera.

Un tercer factor del bajo nivel de inversión relacionado con el ahorro es que una parte importante del ahorro formal sale del país y por tanto, no se destina a financiar la inversión en Colombia. Esto se ve tanto en el ahorro de las personas, como de las empresas y en el ahorro gestionado por instituciones públicas y privadas. En agregado los colombianos, personas, empresas e instituciones, al cierre de 2023 tenían USD 256 mil millones de dólares en activos en el exterior, equivalente al 72% del PIB, o al 40% del stock de inversión en Colombia o al 160% de los depósitos del sistema financiero. En otras palabras, si ese ahorro en vez de salir del país se invirtiera en mayor medida en Colombia tendríamos muchos más depósitos, mucha más inversión, mucho más PIB y mayor desarrollo social.

Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta. ¿Por qué sale tanto dinero de Colombia? Posiblemente hay una parte relacionada con la fiscalidad del ahorro en Colombia, también el no poder tener cuentas en dólares tiene un efecto en la salida de ahorro a cuentas en dólares en el extranjero, y también quizás que la regulación ha primado la estabilidad de las inversiones institucionales en el exterior vs. el impacto en el crecimiento si las inversiones se quedan en mayor porcentaje en Colombia.

Comentados los aspectos relacionados con el ahorro paso a comentar sobre el tamaño de la masa monetaria.

Teóricamente, para aumentar la inversión también podría proponerse aumentar la masa monetaria de Colombia. Colombia tiene unos niveles de masa monetaria como porcentaje del PIB moderados (49%), relativamente similares a los de México (42%) y Perú (56%) pero muy lejos de los países avanzados y en general los asiáticos. Aunque puede ser interesante pensar en las ventajas de tener un fuerte aumento de la masa monetaria, en un caso como el colombiano, con una participación de consumo tan elevada en la economía es probable que en un alto porcentaje dichos recursos no se conviertan en inversión productiva y sí en consumo y alta inflación. Por ello, en mi opinión, debe ir primero la transformación de la economía hacia una economía más ahorradora, más inversora y con una parte importante de dicha inversión volcada a actividades exportadoras antes de ser recomendable un fuerte aumento de la masa monetaria. Analizados los aspectos de oferta de ahorro, amerita mirar si hay razones de demanda de inversión. Al menos, hay tres aspectos que pueden estar impactando la baja demanda de inversión por parte de las empresas.

En primer lugar, Colombia tiene la tasa fiscal corporativa más alta de toda la OCDE, esto hace que los proyectos sean más difícilmente rentables en Colombia que en cualquier otro país. En segundo lugar, Colombia tiene también tasas de interés más altas que otros países de la región lo cual de nuevo hace más difíciles los cierres financieros, o en otras palabras hacer los proyectos rentables. Esto se ve en los diferenciales del coste de la deuda pública colombiana.

Este aumento de los costes relativos del Estado colombiano tiene que ver precisamente con el asunto que nos ocupa y es un crecimiento desbordado del gasto público los últimos 30 años. Este aumento del riesgo de impago de Colombia también se puede ver en el coste de los seguros de impago, o CDS (Credit Default Swaps), del Estado colombiano, pasamos de ser un país con menor riesgo de impago que México o Brasil antes de la pandemia a un país con mayor riesgo de impago que estos países. Y este cambio ocurrió ante los eventos sociales de abril de 2021 que es cuando los inversionistas vieron que cuadrar las cuentas fiscales de Colombia sería más complejo. Este aumento del coste de financiación del Estado se traslada más que proporcionalmente al coste de financiación del sector privado.

Hay un tercer factor que es más difícil de cuantificar que también afecta en las decisiones de inversión que es la confianza inversora. Un entorno político social que deriva en cambios constantes en la política pública y en el modelo de país hacen mucho más difícil de proyectar la rentabilidad de las inversiones a largo plazo y hace que los inversores y las empresas se centren en proyectos de corto plazo para reducir la incertidumbre y sean mucho más exigentes en las rentabilidades mínimas en los proyectos de largo plazo. Otros factores, bien conocidos, sobre los que no me extenderé pero que también afectan la inversión son la corrupción y la inseguridad física, o en sentido más amplio la fortaleza institucional.

¿Qué podemos hacer para aumentar la inversión?

Cómo podemos aumentar el ahorro:

● Incentivar fiscalmente el ahorro y/o desincentivar fiscalmente el consumo.

Cómo podemos reducir el uso del efectivo:

● Implementar el sistema de pagos inmediatos de bajo valor del Banco de la República.

● Con obligatoriedad de pagos electrónicos para transacciones de alto valor y de trámites con el sector público nacional y local.

  • Eliminar el recaudo anticipado de impuestos atados a pagos electrónicos (Retefuente, ReteICA).

 

Cómo podemos exportar menos ahorro colombiano e importar más ahorro extranjero:

● Permitir cuentas en dólares y otras divisas en Colombia.

● Incentivar regulatoriamente la inversión del ahorro institucional público y privado en Colombia (vs. en el exterior).

● Permitir la compra de CDTs a extranjeros en el mercado primario.

Cómo podemos aumentar la capacidad de financiación de la inversión por parte del sector privado:

● Incentivar regulatoriamente la cartera comercial (vs la cartera de consumo).

● Asegurar que el ahorro pensional y asegurador se invierta en mayor medida a largo plazo en el sector privado colombiano (vs el corto o el medio plazo).

Cómo aumentar el atractivo de la inversión:

● Aumentar la disciplina fiscal pública para reducir el riesgo país y las tasas.

● Aumentar el peso de la inversión pública en el presupuesto (vs. el gasto público).

● Política pública que apoye a los sectores exportadores.

● Reducir la tributación al sector productivo (vs. los impuestos al consumo).

● Trabajar todos, sector público y privado, sector real y financiero, en una cultura más propositiva, centrada en lo que nos une y en construir sobre lo construido.

Finalmente, una vez se consiga una economía más volcada al ahorro y la inversión en sectores exportadores sería también posible evaluar la conveniencia de expandir materialmente la base monetaria.

Algunas de estas decisiones no son fáciles, claramente no son gratis, cada una de ellas tiene ventajas e inconvenientes, por ello lejos de proponer implementarlas a ojos cerrados, lo que propongo es evaluarlas de manera diligente siendo conscientes de que el nivel de inversión en Colombia es extraordinariamente bajo, y sólo con mucha mayor inversión tendremos el desarrollo económico y social que deseamos, y que los colombianos y las colombianas necesitan urgentemente.